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Vigilia de los Pasos para llenarse del Espíritu Santo

La cadena de las vigilias continúa.

La cadena de las vigilias continúa. El pasado viernes, 5 de julio de 2024, fue una gran bendición para todos los participantes. El servicio comenzó con una búsqueda intensa dirigida por el obispo Clodomir, con el propósito de ser llenos y renovados por el Espíritu Santo. Al finalizar la búsqueda, el obispo, junto con el pueblo, oró por todos aquellos que aún no han tenido un encuentro con Dios y están sufriendo.

Después de la oración, el obispo Clodomir predicó acerca de los pasos necesarios para recibir al Espíritu Santo.

La Palabra de Dios dice así: “Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo (Juan 20:22).” Según la Palabra, fue en esta ocasión, bíblicamente hablando, cuando los discípulos del Señor Jesús tuvieron la experiencia del nuevo nacimiento. Cuando uno nace de Dios, nace del agua y del Espíritu. En otras palabras, aquel que ha sido bautizado en agua ya tiene al Espíritu Santo, pero aún no ha sido bautizado con el Espíritu Santo. Sin embargo, si alguien no ha sido bautizado con el Espíritu Santo y muere, está a salvo porque ha nacido de Dios y ha sido limpiado por el agua que es la Palabra de Dios. El agua de la Palabra de Dios es lo que nos lava y santifica. El nacimiento del agua significa nacer del Espíritu, experimentar una transformación interior, mental y de corazón mediante el mandato del Espíritu Santo. Además, implica adquirir el carácter de Dios y recibir su naturaleza. Nacer de Dios también significa priorizar la voluntad y el reino de Dios.

Todas las personas que nacen de Dios priorizan las cosas de Dios en primer lugar.

La Palabra de Dios nos guía así: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar (Hechos 2:1).” Según la Palabra, después de los eventos descritos en Juan 20:19-23, Jesús les dijo que esperaran en Jerusalén hasta ser revestidos de poder desde lo alto, lo cual ocurrió cuando los discípulos tuvieron esa experiencia.

La Palabra de Dios continúa así: “De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados, y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo… (Hechos 2:2-4).” Comparando este pasaje con Juan 20:22, notamos que en el primero no se habla de ser llenos del Espíritu Santo, sino de recibirlo. En otras palabras, los discípulos fueron transformados, pero no llenados por el Espíritu Santo. Sin embargo, en el día de Pentecostés fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas.

¿Por qué fueron llenos del Espíritu Santo?

Porque iban a enfrentar pruebas, tribulaciones, persecuciones, serían encarcelados, morirían, y sufrirían por Jesús al predicar el Evangelio. Todas las personas que nacen de Dios y son bautizadas con el Espíritu Santo están preparadas para enfrentar cualquier cosa, incluso el sufrimiento.

Además, si la fe de alguien no está dispuesta a sufrir por Jesús, es porque no ha nacido de Dios.

Pero primero, uno debe enfocarse en el nuevo nacimiento. Porque cuando uno nace de Dios, empieza a manifestar el fruto del Espíritu Santo, que es amor: amor hacia Jesús y amor hacia las almas perdidas. El Espíritu Santo también produce otras virtudes como bondad, fidelidad, mansedumbre, autocontrol, paz y fe sobrenatural, como está escrito en la Palabra (Gálatas 5:22-23). Pero uno tiene que saber por quiere ser lleno de Él.

Reflexionemos: ¿Para qué queremos al Espíritu Santo y cómo podemos ser usados por Él?

En conclusión, la madrugada del viernes fue una gran bendición para todos los participantes. El pueblo recibió la bendición de los obispos y pastores presentes, y la fe de cada uno fue fortalecida mediante la Palabra predicada y la unión en oración de la iglesia para recibir y ser llenos del Espíritu Santo. Fue una madrugada que quedó grabada en la mente y en el corazón de todos los presentes en esta vigilia especial.

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