Noticias | - 7:44 pm
Tarde o temprano, a todos nos llegan oportunidades: algunas buenas, otras no tanto. Las oportunidades no tienen etiqueta; no vienen marcadas como correctas o equivocadas. Al final, somos nosotros los que decidimos si tomarlas… o dejarlas pasar.
La Biblia nos habla así de este tema:
“Jesús iba enseñando por ciudades y aldeas mientras seguía adelante, camino a Jerusalén. Alguien le preguntó:
—Señor, ¿solo unos pocos se salvarán?
Él contestó:
—Esfuércense por entrar por la puerta angosta del reino de Dios, porque muchos tratarán de entrar pero fracasarán” (Luke 13:22-24).
El principio de este versículo nos deja ver que Jesús, aunque se le presentaban muchas oportunidades en su camino, siempre hacía algo claro: hablaba de lo que estaba en la Biblia.
La Biblia nos enseña cómo seguir el buen camino. Cada vez que uno no sabe en qué camino está, siempre es bueno reflexionar en la Biblia para ver si su decisión está alineada con la de Dios. Por eso Jesús priorizaba la misión de hablarle a todos de lo que está escrito. En esta ocasión, alguien le preguntó: ¿solo unos pocos se salvarán?
Siempre andamos con curiosidad por todos los caminos que vemos, pero, en el fondo, lo que más nos intriga es a dónde vamos a llegar. En ese momento, Jesús dejó claro algo clave: hay que enfocarse en entrar por la puerta angosta… la que lleva a la salvación.
La salvación no es algo pasivo; es una decisión real que exige constancia y actitud. Eso significa que, para entrar por la puerta angosta, debe haber enfoque y ganas.
“Puerta angosta” significa que no todo será fácil. Para avanzar, a veces vas a tener que soltar cosas que te gustan. Pero no todo lo que gusta te hace bien. Por eso, cuando uno decide seguir a Dios, la Biblia ayuda a ver qué vale la pena y qué no.
No cualquiera entra por esa puerta, porque se necesita fe para obedecer y dar el paso. Esa puerta representa una elección: o eliges un camino con propósito y dirección… o sigues dando vueltas sin encontrar lo que en verdad te llena.
Cualquiera puede ir por el camino fácil, pero eso no garantiza paz ni felicidad.
Una vez al mes, el TPG de todo California se junta en un evento donde los jóvenes compiten en juegos súper divertidos. Pero no todo es juego: también se comparte una palabra de fe que nos hace pensar en temas reales, como el del artículo de hoy.Este mes hablamos de Las dos Puertas y de cómo es clave saber qué estamos priorizando.