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La Sentencia Del Mundo

Seguiremos nuestros estudios de los miércoles con la serie de Alertas del Fin

La Sentencia Del Mundo

Seguiremos nuestros estudios de los miércoles con la serie de Alertas del Fin; cada semana se mostrará cómo bíblicamente las señales de los últimos días se revelan cada vez más en el mundo.

Semanas atrás se habló sobre el regreso del mal y del Señor Jesús; sin embargo, esta semana nos enfocaremos en la Sentencia del Mundo. La sentencia es la misma que aprendemos desde los tiempos antiguos: todo tiene su fin. A través de la historia de Lot, entendemos que el Señor hace todo lo posible para comunicarse con nosotros y alertarnos sobre nuestra Salvación.

La Palabra nos enseña así: “Empezaba a anochecer cuando los dos ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad, que era el lugar donde se reunía la gente. Cuando los vio, se levantó a recibirlos, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente 2 y les dijo:

—Señores, por favor les ruego que acepten pasar la noche en la casa de su servidor. Allí podrán lavarse los pies, y mañana temprano seguirán su camino.

Pero ellos dijeron: 

—No, gracias. Pasaremos la noche en la calle” (Génesis 19:1-2).

Según la Palabra, Dios mandó a dos de sus ángeles para advertir a Lot que saliera de la ciudad de Sodoma. La ciudad enfrentaría su fin debido a las anormalidades que padecía, tal como ocurre hoy en día en el mundo. Este acto de alerta no es nuevo para Dios y sigue manifestándose en la actualidad. Sin embargo, muchos no lo toman en serio, y el Señor sabe que esto sucederá.

La Palabra nos revela así: “Entonces Lot fue a ver a sus yernos, o sea, a los prometidos de sus hijas, y les dijo: 

—¡Levántense y váyanse de aquí, porque el Señor va a destruir esta ciudad!

Pero sus yernos no tomaron en serio lo que Lot les decía” (Génesis 19:14).

De manera similar a lo que ocurre hoy en día, Lot intentó hablar de la salvación, pero nadie lo tomaba en serio. En este caso, el ejemplo es aún más fuerte porque las personas que lo rechazaban también eran parte de su familia. Esto nos enseña que el rechazo a la salvación puede venir de cualquier persona en nuestra vida, sin excepciones. En otras palabras, uno puede intentar llevar la palabra de salvación incluso a su propia familia, pero eso no significa que la tomarán en serio.

Pero, al igual que la vida de una persona, el mundo tiene una sentencia. La diferencia entre ambos es que una persona tiene la decisión de ser salva. Cuando alguien sigue los pasos de Dios y lo honra, Él recuerda su fidelidad y cumple Su promesa.

La Palabra nos recuerda así: “Al día siguiente por la mañana, Abraham fue al lugar donde había estado hablando con el Señor; miró hacia Sodoma y Gomorra, y por todo el valle, y vio que de toda la región subía humo, como si fuera un horno. Así fue como Dios destruyó las ciudades del valle donde Lot vivía, pero se acordó de Abraham y sacó a Lot del lugar de la destrucción” (Génesis 19:27-29).

Según la Palabra, Dios sacó, o mejor dicho, arrebató a Lot por la fidelidad de Abraham. Muchos, en este momento, aún no saben si son salvos y mucho menos si serán arrebatados por Dios al fin del mundo. Incluso, hay personas que conocen la Palabra, pero no se han comprometido con la Salvación. Sin embargo, independientemente de cómo nos sintamos hacia el mundo y su fin, eso ya está sentenciado porque así está escrito en Su Palabra.

La Palabra nos enseña así: “Pero los cielos y la tierra que ahora existen, están reservados para el fuego por el mismo mandato de Dios. Ese fuego los quemará en el día del juicio y de la perdición de los malos” (2 Pedro 3:7).

Tal vez en este momento usted se encuentre como Lot, apegado al mundo y en su zona de confort. En el caso de Lot, Dios pudo arrebatarlo porque honró la fidelidad de Abraham. Sin embargo, hoy vivimos en tiempos en los que el Señor requiere su propia fidelidad hacia Él.

Pregúntese a sí mismo: ¿Estoy siguiendo los pasos de Jesús?

Si aún no sabe la respuesta, corra hacia Él y arrepiéntase a través del acto del bautismo. El Señor Jesús está cerca de venir; esta es la fe con la que debe vivir. Porque la Palabra nos dice: “Vengo pronto. Conserva lo que tienes, para que nadie te arrebate tu premio” (Apocalipsis 3:11).

La conservación de la que habla la Palabra es la de su alma, pero el alma solo se puede conservar con la Salvación.

¡Dios los bendiga a todos!

Acompáñenos todos los miércoles en el estudio de Alertas del Fin a las 7 a.m., 10 a.m., 4 p.m., y principalmente a las 7 p.m. con el Obispo Clodomir Santos en el 625 S Bonnie Brae St, Los Ángeles, CA 90057, o en la Universal más cercana a usted.

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