La bestia y sus ejércitos son derrotados

Y vi a un ángel que estaba de pie en el sol. Y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, congregaos para la gran cena de Dios, para que comáis carne de reyes, carne de comandantes y carne de poderosos, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de todos los hombres, libres y esclavos, pequeños y grandes.— Apocalipsis 19:17 – 18

En el comienzo del capítulo 19, fuimos presentados a las Bodas del Cordero, a la gran cena y a la fiesta de casamiento entre la novia (Iglesia) y el Novio (Señor Jesús). En contraste, en el final de este capítulo, somos presentados a una cena macabra: las aves del cielo son invitadas a comer la carne de los enemigos de Dios que morirán durante el Armagedón. Todos serán derrotados, desde los pequeños hasta los grandes — lo que prueba que nadie es grande delante de Dios. Esta escena inicial es una previa de lo que sucederá luego, tras la confrontación entre el Señor de señores, Rey de reyes, y las fuerzas del Anticristo (la bestia) y el falso profeta:

Entonces vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer guerra contra El que iba montado en el caballo y contra Su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que hacía señales en su presencia, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y a los que adoraban su imagen; los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de sus carnes. — Apocalipsis 19:19 – 21

“El Anticristo y el falso profeta, que formaban la trinidad satánica juntamente con el dragón (Satanás), serán derrotados de una sola vez, lanzados vivos y presos en el lago de fuego que arde con azufre. El Señor Jesús habló de ese lugar, que fue originalmente preparado para el diablo y sus ángeles, pero no para el ser humano:

Entonces dirá también a los de Su izquierda: Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles. — Mateo 25:41

Nunca fue el plan de Dios lanzar al ser humano a ese lugar. Pero las propias personas eligen el lago de fuego al rechazar el Reino de Dios. La Palabra que un día rechazaron saldrá como una espada de la boca del Señor Jesús y rápidamente las destruirá.

Es necesario entender que con Dios no existe término medio o indecisión. Quien no Lo acepta Lo rechaza. Quien no asume la fe asume la duda. Quien no cree en la Palabra de Dios cree en la del diablo. ¡Quién no está salvó está perdido!

¿De qué lado está usted?

Continuará…

Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego

Autor: Obispo Renato Cardoso