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Ha llegado el momento de la Hoguera Santa, donde miles manifestarán su fe para transformar sus vidas.
Es un momento de sacrificio y fe radical, alineado con la voluntad de Dios, para ser transformado o recibir Su intervención en las mayores necesidades. (1 Reyes 18:36-38)
El propósito es poner en el Altar de Sacrificio nuestra vida, nuestros sueños y nuestra confianza, para que Dios cambie todo lo que necesita ser transformado, según Su voluntad.
No se trata de lo material, sino de entrega: el todo de nosotros para el todo de Él.
“Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras” (Mateo 26:39).
Getsemaní significa en hebreo “prensa de aceite” o “lugar donde se exprime el aceite”.
Fue el lugar donde Jesús sintió Su máximo momento de angustia, pero eligió someter Su voluntad a la del Padre. Fue el punto decisivo donde la salvación de la humanidad comenzó a concretarse.
Getsemaní representa el lugar del sacrificio, donde el Señor Jesús prensó Su todo.
Así como las aceitunas deben ser prensadas para producir aceite, el ser humano debe pasar por la prueba de la fe para que el Espíritu Santo se manifieste.
Por esta razón, comenzando hoy y durante todo el mes de diciembre, se llevará a cabo este propósito, donde todos los que invoquen su fe tendrán la misma oportunidad de realizar un cambio radical y total en su vida.
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