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Fruto del Espíritu Santo: El Poder del Voto

Lea este artículo con gran atención a la Palabra de Dios que se va a compartir, porque es necesario entender la definición bíblica del testimonio.

Lea este artículo con gran atención a la Palabra de Dios que se va a compartir, porque es necesario entender la definición bíblica del testimonio.

Lea este artículo con gran atención a la Palabra de Dios que se va a compartir, porque es necesario entender la definición bíblica del testimonio. El testimonio verdadero es vencer con fe sobrenatural. Reflexionemos sobre el testimonio de Dios con fe consciente, que implica escuchar Su Palabra; así recibirás del Espíritu Santo el discernimiento para entender lo natural y lo sobrenatural. Algunos testimonios son conquistados con fe natural y ayuda humana. Personas han sido sanadas mediante fe humana y asistencia médica, y han prosperado económicamente con la ayuda de otros. Sin embargo, en el milagro genuino, usualmente no hay explicación. Cuando hay una explicación para el milagro, no es verdaderamente un milagro. Para el milagro, no hay explicaciones humanas; si no, no sería un milagro. No te dejes engañar sobre lo que es un milagro y un testimonio.

¿Por qué tu oración no funcionó?

Porque no fue suficiente.

¿Por qué?

Si reflexionamos sobre el testimonio de Ana (1 Samuel 1:6-20), sus oraciones no fueron suficientes para liberarse de su esterilidad porque no tenía el poder del voto.

¿Dónde está el poder del voto?

La Palabra de Dios nos enseña: “Porque tú, oh Dios, has escuchado mis votos…” (Salmo 61:5). En otras palabras, el voto tiene voz. El voto no tiene relación con el dinero. Algunas personas han participado en ofrendas, entregando dinero con sus peticiones, pero solo como dinero, y desafortunadamente, nada sucede. El dinero no tiene voz, pero como se mencionó antes, el voto sí tiene voz.

¿Cómo sabemos que el voto tiene voz?

En la Biblia, se enfatiza que Isaac caminaba al lado de Abraham. Cuando llegaron al lugar donde Isaac sería sacrificado, Isaac dijo: “Y habló Isaac a su padre Abraham, y le dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y dijo Isaac: Aquí están el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? (Génesis 22:7). Esto es considerado como el voto hablando, la voz del sacrificio de Abraham. Por lo tanto, si el sacrificio no habla, no recibirá respuesta. El sacrificio o voto solo habla ante Dios cuando está acompañado de fe sobrenatural. La fe sobrenatural es dada por el Espíritu Santo solo cuando hay una entrega total.

¿Cuántas veces has puesto fe en un especialista para obtener ayuda?

Algunas personas pagan miles de dólares a especialistas en busca de una solución, asumiendo un riesgo. Aun así, obedecen las instrucciones del especialista. Pero, ¿por qué no podemos obedecer la voz de fe de la misma manera?

Cuando la fe te pide sacrificio, renuncia, negación propia, obedecer la voluntad de Dios y posicionarte en tu condición espiritual, todo lo que haces es obedecer la voz de fe. Esta obediencia es la voz de Dios, quien nos enseña a sacrificar y hacer votos. No es la voz de un obispo, pastor o cualquier otro que te dice sacrificar; es la voz de Dios en Su Palabra.

Reflexiona: ¿Tienes oídos para escuchar la voz de Dios?

No sirve de nada sacrificar junto con tus peticiones si no tienes una convicción de fe completa en lo que estás haciendo.

¿Cómo sabes si lo que haces es por fe?

Tener disposición es tener fe. Debes estar dispuesto a enfrentar cualquier cosa y pasar por cualquier situación, incluso el sufrimiento. Antes de convertirte, tenías disposición para sufrir por el diablo y hacer su voluntad.

Después de la conversión, ¿no deberías tener la disposición para obedecer la voz de Dios y sufrir por lo que sea necesario?

Lamentablemente, muchas personas encuentran difícil sufrir por el Señor y negarse a sí mismas. Prefieren hacer las cosas a su manera en lugar de la manera de Dios. Esto no es tener fe sobrenatural ni testimonio de Dios y Su Palabra. No te límites a lo humano para que tu voto tenga voz y hable por ti ante Él.

La Palabra de Dios dice: “¿Qué, hijo mío? ¿Qué, hijo de mis entrañas? ¿Qué, hijo de mis votos?” (Proverbios 31:2). Uno conquista por fe sobrenatural, no por fe natural. La fe sobrenatural requiere un voto, como está escrito en la Palabra de Dios. Cuando uno conquista por fe, nada ni nadie puede tocarlo, porque la conquista se entrega en el altar.

Presta atención a lo que haces y recuerda, Dios no quiere tu dinero, quiere que tu voto hable de tu entrega, porque allí está lo prometido.

Y recuerda, si recibes lo prometido es porque tienes una alianza con Él.

Si usted o alguien que conoce desea encontrar El Poder del Voto, acompáñenos los miércoles y fortalezca su fe a las 7am, 10am, 4pm, y principalmente a las 7pm en el 625 S Bonnie Brae St, Los Ángeles, CA 90057 o en la Universal más cercana a usted.

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