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Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de Cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. — Apocalipsis 20:11”
La derrota final de Satanás es seguida por el Juicio Final delante del Gran Trono Blanco — claramente el Trono de Dios. Las características “gran” y “blanco” se refieren a la grandeza de Dios y a Su perfecta pureza y justicia. La Tierra y el cielo que conocemos huyen de Aquel que está sentado en el Trono, el Señor Jesús, preparando el camino para el nuevo Cielo y la nueva Tierra, que surgirán en el capítulo siguiente.
Recuerde: la llamada “primera resurrección” ya sucedió antes de los mil años de paz aquí en la Tierra, como vimos anteriormente.
Ahora sucede la segunda resurrección:
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno según sus obras. Y la Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda: el lago de fuego. Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego. — Apocalipsis 20:12-15
En este gran tribunal divino, estarán reunidos todos los que en vida rechazaron al Hijo de Dios. Por eso, no habrá nadie que pueda defender sus causas. Ningún abogado, defensor, intercesor, ¡nadie! No importará si, en esta vida, fueron ricos o pobres, ilustres o desconocidos, sabios o incultos, pues no habrá distinción de clase social. ¿De qué sirvió tanta codicia, arrogancia, orgullo y prepotencia?
Continuará…
Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego
Autor: Obispo Renato Cardoso