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Creció siendo una persona impulsiva, rebelde y agresiva

Aunque el deseo de terminar su vida la dominaba algo la detuvo de tentar en contra de su vida y de su bebé

Creció siendo una persona impulsiva, rebelde y agresiva

A consecuencia del ambiente violento en casa, Jessica creció siendo una persona impulsiva, rebelde y agresiva. Sus padres constantemente vivían en pleitos, al punto de llegar a agredirse físicamente. A causa de la violencia doméstica y la disfunción familiar, sus padres  tomaron la decisión de divorciarse. En este período de tiempo, la mamá de Jessica conoció la Universal y comenzó a participar de los servicios de fe.

Sin embargo, Jessica continuaba siendo una niña violenta. Golpeaba a otros niños, como si la violencia que vio permaneció dentro de sí. Al crecer, la situación iba de mal a peor. Tenía un temperamento fuerte e incitaba pleitos con las personas por el simple hecho de verla. Incluso, tenía un gran odio en contra de su propia mamá. En una ocasión, en el estado de embriaguez, intentó golpearla.

Siempre andaba con personas que la motivaban a ser violenta. Se sentía satisfecha al infligirle miedo a las personas. Pero, ante su carácter violento, buscaba aceptación y cariño. Aunque su mamá era cariñosa con y le brindaba amor, Jessica se sentía completamente sola. Incluso, se indujo en el vicio de la marihuana. Intentaba llenar el vacío interior, pero todos los intentos eran en vano.

Jessica terminó en una relación con una persona que la llevó a hundirse más en la drogadicción. La drogaba cuando quería salir con sus amigos y le era infiel. Incluso, vivió con esta persona la misma historia que sus padres vivieron en un hogar dominado por la violencia. Ante la agonía de vivir en esta situación, estando embarazada, como producto de esa relación, consideró matar al bebé tirándose del segundo piso del apartamento donde vivían.

Aunque el deseo de terminar su vida la dominaba, pero algo la detuvo de intentar en contra de su vida y de su bebé. Fue donde tomó una biblia, ya que su mamá nunca desistió y siempre la invitaba a la iglesia, y oró a Dios. Después de esa oración, se sintió tranquila, pero la tristeza permanecía dentro.

En esa misma semana, su mamá habló con ella permitiéndole regresar a casa para cuidar ella y su bebé. Jessica aceptó regresar a vivir con su madre, pero también tomó la decisión de participar de los servicios de fe en la Universal. Participando en los servicios de fe, fue libre de los vicios y del carácter explosivo y violento. Después de un mes, tomó la decisión de bautizarse en las aguas y perdonó a su expareja y a todas las personas que le tenía resentimiento. Las heridas del pasado comenzaron a sanar y una transformación comenzó a acontecer. Al tiempo oyó hablar sobre el Espíritu Santo y tomó la decisión de buscarlo. Gracias a Dios, fue bautizada con el Espíritu Santo, quien la transformó completamente.

Actualmente, Jessica es una mujer que es completamente feliz, tiene paz interior y ama a su mamá. Alcanzó conquistar una familia feliz, al lado de su hijo y un hombre de Dios que la ama y respeta. La Jessica del pasado no existe más, sino una mujer llena del Espíritu Santo que tiene el deseo de ayudar a otras personas que están pasando por la mismo que ella pasó.

Jessica participa en la Iglesia Universal en San Francisco, California. La dirección es 3541 20th St, San Francisco, CA 94110. Para más información, puede contactarnos al (415)648-1100.

Si le gustaría acompañar historias de vida semejante al de Jessica, ingrese a nuestras siguientes páginas web: universalchurchusa.org/es/ o viviendoporlafe.com.