Noticias | - 10:39 am
La verdad es que Dios ha preparado para cada mujer prudente un siervo fiel; y para cada siervo fiel, una esposa prudente. Sólo espera que cada uno deje de lado la ansiedad por casarse y se mantenga firme en Su Santa presencia, pues, nadie tiene más interés en hacernos felices que el mismo Dios.
“El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia del Señor” (Proverbios 18:22).
Muchos jóvenes cristianos a veces cometen un grave error al casarse con personas que pertenecen a otra denominación. Aunque la fe cristiana sea una sola, el “vino” (o la doctrina), que es servido en una iglesia acostumbra ser diferente del servido en otra. Esta diferencia de “vinos” ha creado problemas entre los jóvenes casados, causando hasta la separación, aunque no siempre tiene por qué ser así, pues si hay respeto por la libertad de conciencia, lógicamente se llegará a un entendimiento.
Imagine por ejemplo la persona que acostumbra a escuchar las profecías casándose con otra que no cree en ellas. ¡O piense en alguien que cree en el caer “por el poder de Dios” y se case con alguien de la Iglesia Universal, que no acepta doctrinas de ese tipo! Si llevan la vida cristiana en serio, vea qué complicación. Lo ideal es que la joven se case con un joven de la misma iglesia o de doctrina similar.
Libro: El Perfil de la Mujer de Dios
Autor: Obispo Edir Macedo