Noticias | - 12:28 pm
Uno de los fundamentos que todos debemos considerar es ACEPTAR LA EXHORTACIÓN. Es decir, uno tiene que saber cómo aceptar un consejo. Muchas veces nos equivocamos y nos aferramos, creyendo que estamos haciendo el bien. Pero, en realidad, nos desviamos. El acto de aceptar consejo o exhortación también es un acto de disciplina, porque nos enseña cómo ser humildes y admitir que nos equivocamos, sea cual sea la equivocación. El Señor, a través de la Palabra, nos enseña que cuando Él nos reprende, nos está disciplinando porque nos ama.
La Palabra nos revela así: “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo…” (Apocalipsis 3:19). Según la Palabra, el Señor Jesús solo aconseja y disciplina a los que Él ama. Así como los padres, los abuelos o cualquier persona que nos cuida, cuando nos reprenden es porque nos aman y quieren nuestro bien. El Señor Jesús quiere nuestro bien total, y es por esas razones que Él nos enseña a aceptar la exhortación, para que sepamos cómo humillarnos ante las situaciones y escuchemos consejo.
Se repite: uno tiene que saber cómo aceptar consejo porque Dios solo disciplina a los que Él ama. Humíllese ante el Señor para que Él lo redirija y lo dirija por el buen camino.
“Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor, ni desmayes cuando seas
reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que
recibe por hijo” (Hebreos 12:5-6).
Nuestro querido Padre y Amado Señor, por querernos tanto y amarnos tanto, nos corrige para protegernos de todos los engaños del mundo y de todas las trampas del diablo.
Por lo tanto, aunque ser reprendido no sea nada agradable y pueda causar disgusto o tristeza en el momento, míralo siempre como algo bueno para ti. Entiende lo que dice la Palabra:
“Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois
bastardos y no hijos. Además, tuvimos a nuestros padres según la carne, que nos
corrigieron, y los respetábamos; ¿no nos someteremos mucho más al Padre de los
espíritus, y viviremos? Porque ellos, ciertamente, por pocos días nos disciplinaban
cómo les parecía, pero él, para lo que nos es provechoso, para que participemos de su
santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino
de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido
ejercitados” (Hebreos 12:8-11).
Cuando eres reprendido por tus padres, abuelos, maestros o por el Pastor, etc.
entiéndelo como algo beneficioso para ti, porque quien no te ama, no te corrige; te deja
caminar hacia el abismo, porque no desea tu bien.
Pero, cuando alguien nos quiere bien, tiene cuidado, cariño y amor por nosotros y, sobre
todo, por nuestra alma, nos reprende, nos corrige cuando estamos inclinándonos hacia algo equivocado y no podemos enfadarnos por ello.
Al contrario, debemos parar y considerar:
Déjame ver cómo puedo mejora….
Déjame escuchar, aunque en este momento no esté de acuerdo…
Déjame revisar mis actitudes para cambiar hacia Dios.
Cuando entendemos de la manera en que Dios nos orienta, podemos perfeccionarnos.
Por lo tanto, nunca olvides que ser reprendido es ser cuidado y amado, y no hay nada
más valioso que recibir amor, aunque en el momento parezca un motivo de dolor.
Porque, si la Palabra de Dios dice que el Señor reprende a quien ama, déjate amar por Él.
“Si soportáis la corrección, Dios os trata como a hijos; porque, ¿qué hijo es aquel a
quien el padre no corrige?” (Hebreos 12:7).
Acompáñenos todos los miércoles en el estudio de “Fundamento de Aceptar la Exhortación“ a las 7 a.m., 10 a.m., 4 p.m., y principalmente a las 7 p.m. con el Obispo Clodomir Santos en el 625 S Bonnie Brae St, Los Ángeles, CA 90057, o en la Universal más cercana a usted.
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