Noticias | - 3:49 pm
A muchos jóvenes les gusta ir a fiestas, participar en festividades o tienen el deseo de alcanzar fama o ser reconocidos en algo. Les atrae lo que ven en las redes sociales: tener dinero o crear amistades superficiales que solo los valoran por lo físico y las emociones. Y tal vez estos deseos tengan algunas cosas positivas, pero los “aspectos positivos” son una cosa, y hacer lo bueno para uno mismo es otra. Estas diferencias son reales, porque algo puede parecer positivo, pero no necesariamente es bueno para el ser interior ni para el alma. Como seres humanos, no debemos enfocarnos en lo pasajero, sino en aquello que nos da verdadera certeza y seguridad.
Por eso, es bueno que el joven cambie de ambiente, para que no se aferre a aquello que quizás lo lleve a su derrota. No permita que el joven se conforme con las costumbres que ofrece el mundo, porque lo del mundo no es seguro. Muchos jóvenes están muriendo a una edad temprana por enfocarse en las cosas del mundo y en las malas amistades que este trae.
Cuando se habla de un cambio de ambiente, se está hablando de lo que es bueno para uno, un lugar donde no solo se puede tener un momento con Dios, sino también con otros jóvenes que desean lo mejor para su vida.
La Palabra nos guía así: “ No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no ama al Padre; porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas” (1 Juan 2:15-16).
Como puede ver, la Palabra nos orienta a tener cuidado con los malos deseos naturales: querer poseer lo que solo agrada a los ojos y dejarse llevar por el orgullo de las riquezas humanas. Estas tres cosas no conducen a lo que realmente es bueno para uno. Todos podemos alcanzar cierta prosperidad, pero eso no significa que nos vaya a dar verdadera felicidad.
Y esta es la fe que se practica en los eventos que realizamos con los jóvenes. Este pasado fin de semana se llevó a cabo el “YPG: Sports Expo”, donde se compartió esta Palabra de fe con los jóvenes y luego se puso en práctica con actividades sanas y alegres en las que todos los presentes participaron. Había casetas de jugos, deportes como fútbol americano, béisbol, y tenis, donde incluso los jóvenes podían ganar premios.
La fe es: sembrar lo bueno, para que la nueva generación dé frutos que permanezcan.
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