Noticias | - 5:00 pm
Aunque no existen estadísticas globales exactas sobre la cantidad de jóvenes adultos que hacen ejercicio con regularidad, algunos datos ofrecen una idea general de la situación. Según los CDC, en 2020, solo el 24.2% de los adultos mayores de 18 años en Estados Unidos cumplían con las pautas tanto de actividad aeróbica como de fortalecimiento muscular. Un artículo de NPR de 2018 señalaba que aproximadamente el 73% de los hombres jóvenes y el 62% de las mujeres jóvenes seguían activos después de la preparatoria, aunque estos datos no especifican si se seguían las recomendaciones oficiales. A nivel global, la Organización Mundial de la Salud advierte que 1.400 millones de adultos no son suficientemente activos: una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres no realiza la actividad física necesaria para mantenerse saludable.
Son muchas las razones por las que algunas personas dejan de hacer ejercicio o nunca lo comienzan: problemas físicos, dificultades emocionales, falta de acceso a espacios seguros para caminar o ejercitarse, o simplemente una vida abrumada por las responsabilidades. Sin embargo, cuando una comunidad se une para ofrecer lo esencial —apoyo, espacio, motivación— se genera un impacto real y positivo en la salud de los demás.
En este contexto, el rol de la comunidad es clave para fomentar hábitos saludables entre los jóvenes. Crear entornos que promuevan la actividad física, como lo hace el grupo YPG, puede marcar la diferencia. A través de eventos como ¡Los Juegos de Verano!, YPG ofrece algo más que deporte: propone una experiencia inolvidable, pensada para enseñar, conectar y divertir.
Durante la jornada, los participantes disfrutaron de dinámicos partidos de básquetbol y voleibol, además de guerras de globos de agua llenas de risas y competencia amistosa. Cada actividad fue diseñada para fomentar el compañerismo, el trabajo en equipo y la resiliencia: aprender a adaptarse, a apoyar sin necesidad de que alguien lo pida, y a confiar en los demás.
Pero el día no terminó ahí. Más allá del juego y la emoción, hubo un momento especial dedicado al alma. Se compartió una palabra de fe que recordaba una verdad poderosa escrita en 1 Timoteo 4:8:”El ejercicio físico es de algún provecho, pero la piedad lo es todo, pues tiene promesa para la vida presente y para la venidera.” Esta enseñanza nos invita a no solo cuidar el cuerpo, sino también cultivar una vida espiritual sólida que dé fruto ahora y por la eternidad.
Los coordinadores están más que felices de iniciar propósitos especiales para que los jóvenes experimenten un crecimiento espiritual. Música, comida y juegos sanos siempre estarán presentes, para que puedan formar amistades que provienen de Dios.
Si desea más información sobre las actividades realizado a través de los proyectos que forman parte de YPG, visítenos en el 625 S Bonnie Brae St Los Ángeles, CA 90057, o en la Universal más cercana. También puede encontrar información sobre YPG en los Estados Unidos siguiéndonos en las siguientes plataformas:
Facebook: YPG FB
Instagram: YPG IG
