Noticias | - 4:08 pm
Quizá estabas sufriendo, sin rumbo, atrapado en vicios o rodeado de malas amistades. Sentías un vacío enorme y la tristeza te hundía. Pero en medio de todo ese caos, alguien te tendió la mano, tuvo paciencia contigo y te compartió las Buenas Nuevas… desde ahí, tu vida empezó a cambiar.
Las Buenas Nuevas son el evangelio: el mensaje de salvación que Dios dio por medio de la vida, el sacrificio y la resurrección de Jesús.
Y ahí está lo clave: cuando descubres las Buenas Nuevas y te entregas, asumes una responsabilidad.
La Biblia lo enseña de esta manera: “Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos»” (Marcos 16:15).
Fue Jesús. Después de resucitar, Él mismo dejó bien claro que nuestra misión es ayudar y cuidar a otros, y lo hacemos guiados por Su Palabra: la Biblia.
La misión que Jesús nos dio va mucho más allá de ser simplemente una buena persona, porque eso es lo mínimo que cualquiera debería hacer. Esta misión de compartir las Buenas Nuevas no tiene fronteras, no se enfoca en lo emocional, sino en la verdadera necesidad. Y no está limitada a un solo pueblo, sino que abarca a todas las naciones.
Esta misión implica ir más allá del conocimiento y dejar la zona de confort para cumplir la obra de Dios.
En el Youth Power Group (YPG) aprendemos una fe que se vive con confianza. Los jóvenes ayudan porque un día también fueron ayudados. Hay quienes sienten que no hay salida o que el miedo los detiene. Otros se sienten solos. Ahí es donde entra el YPG: no solo comparte las Buenas Nuevas, también brinda un apoyo real y sobrenatural.