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Seguiremos nuestra serie donde reflexionamos sobre la importancia de la oración y por qué uno debe mantener siempre esta disciplina. Hoy se hablará de mantenerse en Espíritu en el tiempo de oración.
Como se ha hablado en esta serie, la oración es algo que se debe hacer con sinceridad, porque es un momento de intimidad con el Señor Dios. Sin embargo, hay veces en las que, durante el tiempo de oración, no hallamos las palabras para orar.
El Espíritu Santo nos ayuda a orar:
La Palabra nos orienta así: “De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los del pueblo santo” (Romanos 8:26-27).
Según la Palabra, el Espíritu nos ayudará cuando no sabemos cómo orar. La expresión “orar como es debido” se refiere a la disciplina de mantenerse en oración y en el Espíritu de la oración. Pero, para mantenerse en el espíritu de la oración, uno tiene que confiar en el proceso que Dios lleva a cabo, porque cuando uno confía en el Espíritu, el Señor nos examina, y es ahí donde el Espíritu le habla y ruega por nosotros. Cuando el Espíritu habla por nosotros, lo hace de manera que está conforme a lo que está escrito en la Palabra y por Su pueblo santo, o mejor dicho, por los que tienen fe. Es decir, Si uno no tiene fe, el Espíritu no puede hablar por nosotros.
Para mantenerse o estar en Espíritu uno debe tener fe.
Orar con discernimiento espiritual:
Orar con fe verdadera es estar en el Espíritu, porque eso significa que uno cree lo que está escrito y, en el momento de la oración, no solo está usando palabras por emoción o por la situación en la que se encuentra. Pero no malinterprete, habrá situaciones espirituales en las que uno debe orar para que el Señor le dé sabiduría y discernimiento sobre lo que está pasando.
La palabra nos enseña así: “Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que les conceda el don espiritual de la sabiduría y se manifieste a ustedes, para que puedan conocerlo verdaderamente” (Efesios 1:17).
Si comparamos el primer versículo que se compartió con este, nos daremos cuenta de que en ambos el Señor Dios Padre está prometiendo que, si uno ora con fe, Él intercederá en nuestro entendimiento humano para darnos lo sobrenatural. Es decir, a través del espíritu de oración, o mejor dicho, del Espíritu Santo, Él nos capacita más allá de nuestro entendimiento. Él nos da el discernimiento de Su voluntad en nuestra vida.
Orar con Valentía:
Cuando uno recibe la sabiduría y el discernimiento del Señor, entiende que la oración requiere valentía para que tenga poder. Porque cuando uno orar en Espíritu, uno lo tiene que hacer con autoridad y poder para resistir y rechazar los planes del mal.
La Palabra nos guía así: “No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo” (Efesios 6:18).
Cuando uno tiene esta disciplina de orar en el Espíritu, se mantiene alerta. Esto es parte de la sabiduría y el discernimiento que nos da el Señor para estar siempre un paso adelante del enemigo. La oración en el Espíritu es un arma de luz para ir contra el mal y la oscuridad. Es más, en esta oración el Señor nos anima y nos pide que oremos por nuestro pueblo, que incluye a todos, tanto a los que están como a los que no están en la fe todavía.
Para terminar, la oración en el Espíritu significa estar en la voluntad de Dios, recibir la sabiduría sobrenatural y poseer la valentía para orar con autoridad.
Los invito a que practiquen esta enseñanza: comiencen por adorarlo, sean sinceros e invítenlo a su ser para que Él haga morada dentro de ustedes y puedan recibir el Espíritu Santo. Solo así Él podrá darles lo que se ha hablado en este artículo y mucho más.
Recuérdelo, nada es obligado; uno siempre tiene la decisión, pero el Señor Dios siempre quiere conocerlo más, y por esta razón, Él espera a cada uno para que ore y hable con Él.
Si le gustó este artículo y aún no ha leído el primero de la serie, aquí le dejo el enlace: La Oración.