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La Oración (Parte 4): Orar con Confesión y Arrepentimiento

La Oración (Parte 4): Orar con Confesión y Arrepentimiento

Seguiremos nuestra serie donde reflexionamos sobre la importancia de la oración y por qué uno debe mantener siempre esta disciplina. Hoy hablaremos sobre la confesión y el arrepentimiento en la oración.

En esta serie se han mencionado varios temas y herramientas esenciales para la oración, con el fin de alcanzar una intimidad más profunda con el Señor, como la sinceridad, estar en el Espíritu y la audacia. Sin embargo, muchos aún no han descubierto que la oración es un momento de confesión y arrepentimiento.

Pero, ¿qué significa confesar y arrepentirse en el momento de la oración?

La Confesión

La Palabra nos enseña así: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (1 Juan 1:9).

Según la Palabra, la confesión es un momento en el que uno reconoce sus pecados y se los dice al Señor para que Él limpie su ser, alma y conciencia. Pero más que eso, la confesión es afirmar ante Dios que uno está de acuerdo con Él y con lo que está escrito en Su Palabra. Al hacerlo, no solo reconocemos nuestras faltas, sino que también buscamos Su perdón, lo cual involucra humildad, honestidad y un deseo genuino de un renuevo espiritual.

La confesión es tan importante y profunda que el Señor nos sugiere hacerla disciplinadamente cuando hablamos y oramos a Él. Es más, la Palabra también nos enseña que quien no confiesa no podrá avanzar.

La Palabra dice así: “Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia” (Proverbios 28:13).

La confesión es más que un momento de desahogo; es un momento de limpieza interna. También se puede ver como una oportunidad para liberarse de una carga pesada. Muchos, espiritualmente hablando, intentan escalar una montaña con pesos que no les pertenecen. De muchas maneras, también se puede comparar con jugar un juego con una gran desventaja.

Pero no malinterprete; no se está sugiriendo que la vida es un juego, sino que se quiere dar a entender la gravedad y la importancia que tiene la confesión en la oración. En otras palabras, si uno no confiesa, no podrá avanzar porque siempre estará cargando algo que lo detiene.

El Arrepentimiento

Todos podemos confesar, pero, ¿será que nuestras palabras tienen peso?

La confesión va de la mano con el arrepentimiento. Cuando uno confiesa lo malo o el pecado que ha cometido, es porque desea separarse del pecado. Sin embargo, para que esto realmente ocurra, debe haber un verdadero arrepentimiento.

La Palabra nos enseña así: “Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados” (Hechos 3:19).

Según la Palabra, para que los pecados sean borrados ante Dios, debe haber arrepentimiento. En otras palabras, la oración debe ir acompañada de un compromiso de cambio. Es decir, el Señor pone Su parte, pero uno debe poner la suya primero.

El arrepentimiento también demuestra la convicción de darle la espalda al pecado. Cuando uno usa la confesión y el arrepentimiento juntos, es cuando la transformación bíblica se manifiesta, porque significa que uno tiene conciencia de lo que está haciendo.

La confesión y el arrepentimiento son esenciales para quienes tienen fe en que Dios escucha y concede el perdón. Estas dos herramientas nos ayudan a restaurar nuestra relación con Él y a limpiarnos de nuestros pecados. Además, la confesión y el arrepentimiento transforman nuestro corazón a través de la humildad, al pedirle al Señor que nos auxilie en momentos en los que quizá nos hayamos sobrepasado.

Recuerde, nada es obligado; cada uno tiene su propia decisión. Sin embargo, el Señor siempre desea hablar con nosotros y, en el proceso, que lo conozcamos más a Él y a Su misericordia. Les sugiero que confiesen y se arrepientan de aquello que los separa de Dios, porque cuando uno deja todo atrás, se convierte en una verdadera bendición. Uno no está solo; es hijo de Dios, y Él siempre lo está esperando.

¡Ore con arrepentimiento!

Si le gustó este artículo y aún no ha leído el primero de la serie, aquí le dejo el enlace: La Oración.

También les dejo aquí la tercera parte de la serie:Orar con Audacia y Poder