Noticias | - 3:11 pm


La necesidad del rebaño

La necesidad del rebaño

Antes de leer este artículo, por favor considere está pregunta: ¿Qué debe hacer uno para ser Salvo?

La Palabra de Dios nos enseña así: “Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban. De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron. Al despertar el carcelero y ver abiertas todas las puertas de la cárcel, sacó su espada y se iba a matar, creyendo que los prisioneros se habían escapado. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí” (Hechos 16:25-28). Según la Palabra, el carcelero quería matarse porque pensaba que no había cumplido con su trabajo. Pero, cuando Pablo clamó, no se hizo ningún mal. Pablo era un hombre de Dios y era considerado un apóstol. Por lo tanto, ahí está el punto clave: muchos de nosotros nos encontramos en el mismo lugar que el carcelero, en una necesidad de un rebaño de fe.

¿Que se significa ser rebañado de fe?

Significa que uno tiene la necesidad de meditar y escuchar la Palabra de Dios para ser llenado o renovado por Él. Por ejemplo, el trabajo de un pastor es cuidar de aquellos que están en necesidad de una revelación espiritual. Pero no se confundan: todos siempre estamos en una necesidad constante, aunque tengamos diferentes niveles de fe. Es más, al igual que un miembro de la iglesia, un pastor y un obispo también requieren cuidado espiritual. Para Dios no hay excepción entre los humanos, porque todos necesitamos un rebaño de fe.

Continua: “Entonces él pidió luz y se precipitó adentro, y temblando, se postró ante Pablo y Silas, y después de sacarlos, dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” (Hechos 16:29-30). En estos versículos, podemos observar el respeto que una persona demuestra al aceptar que tiene una necesidad espiritual. La urgencia espiritual se manifiesta cuando el carcelero se postró ante los hombres de Dios, evidenciando su necesidad a través de esta acción. Además, después de sacarlos, el carcelero se refirió a ellos como “Señores,” lo que nos da aún más evidencia de su respeto hacia ellos. Los respetó tanto que les hizo la pregunta: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” Esto es lo que sucede cuando alguien ha sido tocado por el Espíritu de Dios: surge el deseo de saber más acerca de Él.

Todos tenemos una necesidad espiritual.

Se debe entender que la vida del ser humano es sagrada, y por esta razón, uno tiene que aprender cómo cuidarse espiritualmente. Por eso, los Apóstoles de Dios le respondieron al carcelero de la siguiente manera. La Palabra dice así: “Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa. (Hechos 16:31). Según el versículo, la vida del ser humano es tan sagrada que, cuando uno cree y cuida de su vida espiritual, uno y toda su familia son salvos. Pero uno debe de creer en el Señor Jesús porque eso es el fundamento principal de la fe. Cuando uno tiene esta fe de creer en Él es cuando hay cambio en la vida de uno. La Palabra nos enseña así, “Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él los tomó en aquella misma hora de la noche, y les lavó las heridas; enseguida fue bautizado, él y todos los suyos” (Hechos 16: 32-33). Una vez más, se evidencia la necesidad del rebaño espiritual. El carcelero y toda su familia tomaron la decisión de bautizarse después de oír la Palabra. En otras palabras, él y su familia fueron guiados al rebaño con la Palabra de Dios antes de ser bautizados.

Sin embargo, la obra espiritual tiene que comenzar en uno mismo antes de ser revelada a su familia para que haya un cambio. Hay muchos que quieren que Dios obre en su familia, pero ellos aún no han sido transformados, así como el carcelero. Entonces, el plan de la obra espiritual, o mejor dicho, el plan de la obra de Dios, es que debe haber un cambio en uno para que todos en su familia sean salvos. Porque la familia de uno será guiada al rebaño al ver su cambio y transformación.

Pero para que toda esta transformación de vida y salvación ocurra, debe haber fe.

Como se mencionó anteriormente, la Palabra dice así: “Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa” (Hechos 16:31). Y la Palabra nos afirma esta salvación mencionada en este versículo al recordarnos en otro pasaje: “El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado” (Marcos 16:16). Según la Palabra, si no hay creencia o si no se pertenece al rebaño, uno no tendrá salvación; en cambio, será condenado.

Por lo tanto, uno está en una grave necesidad de ser guiado al rebaño para encontrar su fe y su salvación, tanto para sí mismo como para toda su familia.

Porque la Palabra nos alerta sobre este tema de la siguiente manera: “Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo, el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quién devorar” (1 Pedro 5:8). Es aquí, en este versículo, donde se entiende por qué uno tiene la necesidad de ser guiado al rebaño. Porque el rebaño lleva a uno a entender su salvación. El diablo siempre está rugiendo, pero es la Palabra de Dios y la obediencia a Él lo que protege a uno mismo y a toda su familia.

Sin embargo, ¿qué pasa cuando uno obedece y tiene un encuentro verdadero en su vida en los caminos del Señor Jesús, que son los caminos de Dios? La Palabra dice así: “Pues Él dará órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos” (Salmos 91:11). En otras palabras, el Señor nos protege, guarda nuestra casa y cuida todos nuestros caminos.

Pero, ¿cómo recibe uno esta Santa Protección de Él?

Para contestar esta pregunta, hay que volver a la pregunta inicial del artículo: ¿Qué debe hacer uno para ser salvo?

Escuchar, creer y pertenecer al rebaño en la Palabra es la manera en que uno encuentra la salvación y una transformación total.

Dios los bendiga a todos.

Para más contenido igual a este viste TELEGRAM: https://t.me/bispodarlanavila