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La complicación humana

La complicación humana

El corazón humano, cuando es obstinado, termina dejando a la persona frustrada. Muchos se preguntan porque deben andar en los caminos de Dios y hacer Su voluntad.

También reclaman que sus oraciones demoran en ser respondidas, y cuestionan porque necesitan orar, si el Señor sabe todo qué pasa con ellos.

Mire bien, amiga, si observamos la naturaleza, veremos que el Sol nace todas las mañanas; que la noche viene siempre después del día; que las estaciones del año son puntuales; que cada ser vivo cumple su papel en el ciclo de la vida.

¡En verdad, la naturaleza es que debe considerarnos “seres complicados”! ¡Y lo somos! Es lamentable, pues esta complicación dificulta las victorias en nuestra vida.

Veamos la actitud de Dios en relación al ser humano: Él Se compara a aquel padre de la parábola del hijo pródigo (Lucas 15). Éste decidió salir de casa, llevando consigo su parte de la herencia, para vivir como él quisiera.

Luego ese joven reconoció que había cometido un error, y decidió volver para su casa, con el fin de, incluso, ser un empleado del padre. Con todo, al llegar a casa, cabizbajo y avergonzado, el padre no cuestionó su actitud: simplemente abrió los brazos y lo aceptó de vuelta.

Amiga mía, a pesar de cometer muchos errores, el Señor nos acepta como somos. Él dio a cada una de nosotras una conciencia. Usted puede estar en medio del desierto, y jamás haber escuchado hablar de Dios, que aún así tendrá conciencia de Su existencia.

Pero la humanidad ha ignorado esa conciencia, creyendo que puede hacer todo por sí sola, y por faltarle humildad, vive de la manera como bien entiende. Mi querida, la simplicidad nos lleva a Dios.

Él dejó Su Palabra, y también nos dio Su Espíritu, para guiarnos en Sus veredas. En fin, nos concedió el derecho de hablar con Él en cualquier momento, sin que tengamos que marcar una cita, ¡y nos dio todas las herramientas para vencer!

Tenemos, aún, que dar gracias al Padre por habernos dado al Señor Jesucristo, que llevó sobre Sí nuestro fardo, para que tengamos una vida abundante, aunque no la merezcamos.

Felicitaciones para nosotras muchas mujeres, actualmente, ocupan diversos cargos de liderazgo, lo que les proporciona la oportunidad de ayudar a los menos favorecidos, que son la mayoría, acá en Brasil y en todos los países del llamado Tercer Mundo.

Nosotras, mujeres, hemos tenido muchas conquistas, tanto en el área profesional como en la personal, pero como para todas nosotras siempre hay un desafío, estamos constantemente en la lucha de ser al mismo tiempo, madres, consejeras y esposas.

Libro: Finas Joyas
Autor: Sra. Ester Bezerra