Noticias | - 9:26 pm
Todos respiramos.
Inhalar el aire y el aliento de vida es una de las cosas más importantes. Se podría decir que, si uno no está respirando, no está viviendo; así de esencial es el aliento que tomamos todos los días.
Detectado a tiempo, la tasa de supervivencia sube al 65 %. Es más común en mayores de 70 años y raro en menores de 45, aunque puede ocurrir por factores genéticos o mutaciones.
Principalmente en fumadores: entre el 80 % y el 90 % de las muertes están relacionadas con el consumo de cigarrillos, tanto en quienes fuman actualmente como en exfumadores. Dejar de fumar reduce el riesgo, pero sigue siendo mayor que en quienes nunca han fumado.
¿Qué pasa con quienes no fuman?
Entre el 10 % y el 20 % de los casos afectan a personas que nunca fumaron, expuestas a humo de segunda mano, gas radón, contaminación del aire o sustancias tóxicas como asbesto, arsénico y humo diésel. También influyen los antecedentes familiares y las mutaciones genéticas.
Hombres vs. Mujeres
Históricamente, los hombres han tenido tasas de riesgo más altas. Sin embargo, desde 2021, las mujeres menores de 50 años están desarrollando cáncer de pulmón a mayor velocidad, especialmente entre no fumadoras.
Diferencias raciales y étnicas
En EE. UU., los afroamericanos (especialmente hombres) presentan una alta probabilidad de desarrollarlo. También las mujeres asiáticas no fumadoras tienen riesgo elevado, por factores genéticos o contaminación en interiores (como humos de cocina).
El cáncer de pulmón es el tercer más común en EE. UU., con casi 238,000 casos nuevos esperados para 2025. Representa cerca del 20 % de las muertes por cáncer, unas 609,820 al año, siendo el tipo más mortífero.
Información sobre cómo puede quedar una persona después de sobrevivir al cáncer de pulmón
Los pulmones trabajan en pares, pero son independientes. Ante el cáncer de pulmón, suele removerse uno mediante neumonectomía. El pulmón restante se adapta para suplir la función, permitiendo una vida casi normal, aunque con menos energía y más falta de aliento.
Claves para aumentar la supervivencia al cáncer de pulmón:
Los pulmones son vitales; cuidarlos evitando fumar y ambientes contaminados es esencial para nuestra salud.
Con todo esto dicho sobre las probabilidades, quiero darles una reflexión: la Palabra no funciona con probabilidades, porque lo que está escrito será hecho; esa es la fe.
Todos hemos llegado al acuerdo de que, si el cuerpo no tiene aire, no tiene vida. Cuando el ser humano fue formado, no fue creado con enfermedades, sino que fue formado con el aliento que el Señor sopló dentro del hombre.
La Palabra nos enseña así:
“Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.”
(Génesis 2:7)
El ser humano no pudo llegar a ser un “ser viviente” hasta que el Señor sopló vida dentro del cuerpo. Este versículo nos indica que el Señor desea que todos tengamos una vida de bendición, porque Él nos está dando el aliento. Aquí no dice que Él nos está dando enfermedad o una probabilidad de vida. No, Él nos está dando una vida para vivir plenamente (“viviente”), o en otras palabras, una vida bendecida.
En la Palabra hay dos momentos en los que se habla de que al ser humano le fue soplada vida. El Señor Jesús sopló para que tengamos vida eterna con Él cuando nos dio el Espíritu Santo.
La Palabra dice:
“Sopló y les dijo: ‘Reciban el Espíritu Santo’.”
(Juan 20:22)
El Señor Jesús sopló sobre sus discípulos para que recibieran el Espíritu Santo. Es decir, cuando uno anda en los caminos de Dios, todo lo que respira es bendecido porque está bajo Su protección. Si el Señor hizo los pulmones a Su imagen y sopló para que el ser humano tuviera vida, para tener una vida bendecida uno debe caminar en los pasos de Jesús, o mejor dicho, respirar con Jesús.
Uno debe respirar de esta manera para ser bendecido con vida:
“¡Que todo lo que respira alabe al Señor! ¡Aleluya!”
(Salmos 150:6)
La Palabra nos enseña la importancia de cuidarnos de lo que no nos conviene, siendo nuestra salud y vida lo principal. Como seres humanos, la respiración es vital, y vemos que también es símbolo de lo espiritual: el aliento que heredamos, tanto del aire como del Espíritu Santo, es un regalo que Dios nos dio personalmente.
Respirar es un acto constante; mientras vivimos, no dejamos de respirar. Así también debe ser nuestra fe: creer, alabar y adorar a Dios es la respiración que sostiene nuestra vida espiritual. La oración es ese aliento que nos mantiene en comunión con Él, sin horarios, día y noche.
Sea cual sea la situación, el Señor respira vida para restaurarnos; pero para recibirla, es necesario creer, tener fe y obedecer.
Este artículo fue escrito para el mes de junio, dedicado a la concientización sobre el cáncer de pulmón, recordándonos que muchos están sufriendo. Aquí en la Universal, nuestro deseo es sembrar fe en todos los que luchan, para que el Señor respire vida en ellos y alcancen la salvación eterna.