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Hija de madre soltera, desde pequeña enfrentó un ambiente inestable

Movida por la desesperación, decidió acercarse a Dios

Hija de madre soltera, desde pequeña enfrentó un ambiente inestable

Nayeli Gachuz creció en un hogar marcado por el dolor y la ausencia emocional. Hija de madre soltera, desde pequeña enfrentó un ambiente inestable. Su madre, envuelta en vicios y relaciones destructivas con diferentes hombres, no le brindaba el cariño ni la atención que Nayeli necesitaba. Muchas veces se sintió sola, ignorada, como si no importara a nadie. Esa sensación se profundizó aún más cuando, en una conversación que quedó grabada en su memoria, su madre le confesó que durante el embarazo pensó en acabar con su propia vida.

Esa revelación dejó en Nayeli una herida profunda. Cargaba un gran dolor en el alma, sentía que no tenía valor y, con el tiempo, comenzó a experimentar problemas espirituales. Escuchaba voces, vivía oprimida por una tristeza constante y creía que su vida estaba marcada por maldiciones que no podía romper.

Fue en uno de sus momentos más oscuros cuando, al ver un programa de televisión, conoció la Iglesia Universal. Movida por la desesperación, decidió acercarse. Allí, por primera vez, escuchó hablar de un Dios vivo que transforma vidas. A través de la fe y una entrega sincera, Nayeli conoció a Dios y recibió el Espíritu Santo. Fue entonces cuando todo comenzó a cambiar. Las voces desaparecieron, el dolor interior fue sanado y las maldiciones que la habían perseguido fueron quebradas.

Hoy en día, Nayeli Gachuz disfruta de un matrimonio bendecido y tiene la familia que siempre soñó. Su historia es testimonio del poder de Dios y de cómo, a través de la Iglesia Universal, una vida marcada por el sufrimiento puede ser completamente transformada.