Noticias | - 6:23 pm


Hazme ir con calma

Hazme ir con calma

¿Será que esperar tiene sus beneficios?

Cuando somos chicos, queremos crecer rápido, ser adultos y pagar por nuestras propias cosas. El ser humano quiere hacerlo todo como si estuviera en una carrera. Y aunque no podamos detener el tiempo, no lo respetamos ni lo disfrutamos en la etapa de la vida en la que nos encontramos. Tal vez uno ha escuchado a la gente de mayor edad decir: “No creo que disfruté mi juventud como debería.”

Pero la espera no solo significa disfrutar, sino también demuestra disciplina. Como un artista o un boxeador: solo porque tienen talento no significa que no deban practicar para alcanzar su máximo potencial, o mejor dicho, su nivel más alto.

La espera demuestra que a uno le importa lo que hace y que no quiere hacerlo de manera mediocre, sino ponerlo en práctica día tras día, aunque a veces no salga bien.

La vida es un arte que debemos vivir, pero todo con su tiempo. Por eso la Biblia nos enseña así en tres diferentes ocasiones:

“Bueno es el SEÑOR para los que en él esperan” (Lamentaciones 3:25).

“Espera en el SEÑOR. Esfuérzate y aliéntese tu corazón.” (Salmos 27:14)

“Espera en el SEÑOR y… Él te exaltará…” (Salmo 37:34)

¡Detente, no es una carrera!

Hay una recompensa muy grande cuando uno tiene paciencia y sabe esperar. Cuando uno hace las cosas con apuro, hay más espacio para el error. Por ejemplo, hay parejas que se casan rápido porque quieren formar una familia, tener una casa y “vivir” todo lo que hace una pareja. Pero a veces no están preparados o sus caracteres no concuerdan, y terminan fracasando porque no tomaron el tiempo para conocerse.

Si uno quiere hacer todo con apuro, demuestra que aún le falta disciplina, su carácter todavía es arrogante y simplemente no le importa, porque no está enfocado.

Por eso el Salmista David cuando descubrió la gracia en esperar, Dios lo inspiro a escribir esto: “Yo espero en el SEÑOR; mi alma espera. En su palabra he puesto mi esperanza” (Salmo 130:5).

Más que la confianza que le mostró al Señor, le demostró que estaba disciplinado en Él. Por eso, David fue muy bendecido.

Con todo esto dicho, mejor sea como un árbol y tome su tiempo en crecer para que sus raíces en Dios sean enteradas profundamente.  El Señor le va a dar todo lo que le pertenece, a su debido tiempo; solo hay que creer y esperar.

¡El Señor te protege!