Noticias | - 7:50 pm
Todo tiene su tiempo: nacer, caminar, correr, hablar, estudiar y crecer. El tiempo nos lleva por etapas que siempre cambian. Y como el tiempo trae cambio, todo llega a su fin.
Por eso, ahora que tenemos vida y tiempo… no lo desperdiciemos.
La Biblia nos habla de esto:
“Él dice: En el tiempo propicio te escuché, y en el día de salvación te socorrí. He aquí, ahora es el tiempo propicio; he aquí, ahora es el día de salvación” (2 Corintios 6:2).
Según el versículo, Dios sabe cuándo es el momento perfecto para responder nuestras oraciones y ayudarnos. El “tiempo propicio” significa el momento justo que llega cuando debe llegar, según Su plan… no el nuestro.
La enseñanza muestra que el Señor no solo escucha, también actúa. “Socorrí” significa que Dios nos ayuda justo cuando más lo necesitamos.
Tener comunión con Dios es vivir en obediencia y con un corazón sincero, que se arrepiente cuando hay error moral que no se alinea con lo que está en la Biblia. Esa es la vida que nos guía hacia “Su gracia” (un regalo inmerecido de Dios): una nueva oportunidad que no se gana, pero que Él nos quiere dar.
La salvación (la oportunidad de un nuevo comienzo con Dios) es la promesa más grande de todas: la posibilidad de comenzar de nuevo y asegurar una vida con propósito eterno. Y esa oportunidad está disponible hoy, ahora, en este mismo momento.
Pero nadie te puede obligar… es una decisión que solo tú puedes tomar.
Porque lo verdadero nace del corazón. Nadie debería hacer algo tan importante sin estar convencido. Al final, la felicidad llega cuando las decisiones son sinceras.
Cada persona tiene la oportunidad de acercarse a Dios y dejar que Él transforme su vida… y esa oportunidad es ahora.
Los coordinadores están más que felices de iniciar propósitos especiales para que los jóvenes experimenten un crecimiento espiritual. Música, comida y juegos sanos siempre estarán presentes, para que puedan formar amistades que provienen de Dios.
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