Noticias | - 5:22 pm
Hay muchos roles importantes en la vida: enfermeras, maestras, doctoras, policías, ingenieras, y tantos otros. Todos tienen un gran valor, claro que sí. Una doctora ayuda a sanar, un policía mantiene el orden, un ingeniero construye proyectos grandes. Pero al final, todos esos roles pueden ser aprendidos y ejercidos por cualquier persona que se prepare para hacerlo.
Pero hay un rol que nadie puede sustituir: el suyo dentro de la familia. Como madre, hermana, tía, esposa o hija, usted ocupa un lugar que nadie más puede llenar. Usted puede trabajar duro para que a su familia no le falte nada, pero lo más esencial no es solo proveer… es estar.
Porque el amor, la compañía, el consejo y la atención que usted da, no lo puede dar ninguna otra persona. Dios puso en la mujer un corazón capaz de acompañar, aconsejar y cuidar de una manera especial. Eso es lo que hace toda la diferencia dentro de un hogar.
La Biblia nos recuerda:
En otras palabras, lo que usted hace, dice y transmite, puede levantar su hogar o derribarlo. Por eso, más que preocuparse solo por lo material, separe tiempo para lo más importante: escuchar, abrazar, dar atención, compartir.
La familia es el plan de Dios. Y ese rol que usted tiene en ella, no lo puede sustituir nadie más.