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La depresión es uno de los trastornos de salud mental más comunes en los Estados Unidos. Para algunas personas, la depresión mayor provoca impedimentos graves que interfieren o limitan su capacidad para llevar a cabo actividades esenciales de la vida diaria. Se estima que 21.0 millones de adultos en los EE. UU.—lo que representa el 8.3% de la población adulta—han experimentado al menos un episodio depresivo mayor. De entre esa multitud, solo una parte recibe la ayuda que necesita, ya sea mediante terapia, tratamiento psiquiátrico u otros métodos científicos. Aunque algunos logran sanar por estos medios, otros buscan soluciones en otros lugares—muchas veces en silencio y en aislamiento. Muchas personas que sufren de depresión se sienten profundamente solas, convencidas de que las cosas nunca mejorarán. Aunque la tristeza merece compasión, la depresión es una agonía más profunda y envolvente. A diferencia de la tristeza, que con el tiempo puede disiparse con consuelo o compañía, la depresión se siente como una herida incrustada en el ser, difícil de sanar sin ayuda genuina.
Uno de los desafíos más comunes es que muchas personas no logran distinguir entre la tristeza y la depresión clínica. Esta falta de comprensión las deja sin saber qué tipo de ayuda necesitan, o incluso si necesitan ayuda en absoluto. Es normal experimentar emociones negativas; la mente humana no es una máquina—está viva, es vulnerable y sensible. A veces, las personas simplemente necesitan claridad. Cada experiencia con la depresión es única—no hay dos almas iguales—pero las luchas compartidas permiten que las personas se conecten, se identifiquen entre sí y se apoyen mutuamente. Así como la carga de la depresión puede ser colectiva, también lo puede ser el gozo de la sanidad y la recuperación.
Algunos se sienten atrapados en sus propios cuerpos y mentes. Mientras el mundo parece seguir girando para otros, para ellos todo se detiene. Pueden andar en círculos, buscando respuestas, solo para sentirse más perdidos que antes. Pero la claridad comienza cuando se disipa la confusión—cuando la verdad sale a la luz. En medio de ese dolor silencioso, la Palabra de Dios nos recuerda una verdad poderosa y consoladora: “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.” (Salmo 34:18)
Este proyecto tiene como propósito alcanzar a quienes sufren en silencio. EVG llevó a cabo el Stop Depression en las calles, ofreciendo oraciones y compartiendo palabras de fe con quienes encontramos. Invitamos a las almas a asistir a nuestro próximo servicio, donde llevaremos un mensaje de esperanza y un deseo genuino de bendecir sus vidas y sus corazones, para que encuentren verdadera libertad. A fin de cuentas, la felicidad que el mundo ofrece no se compara con el gozo y la paz que se encuentran en una relación con Dios. En Él, muchos han hallado no solo alivio, sino una transformación verdadera y un propósito renovado.
La Iglesia Universal realiza labores sociales y evangelística todas las semanas. Si usted reside en Los Ángeles, California acompáñenos en los servicios de fe en el 625 S Bonnie Brae St Los Angeles, CA 90057 o en la Iglesia Universal más cercana a usted.
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