Noticias | - 6:00 pm
Hoy muchos jóvenes cargan con tristeza, soledad y depresión. Siguen atados a un pasado que no sueltan o a algo que no les hace bien, atrapando un gran potencial y un futuro que podría hacerlos realmente felices. La vida es más que un momento: es una serie de decisiones que uno tiene que tomar.
Decidir es elegir un camino entre muchos.
La Biblia lo explica así:
“Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir!” (Deuteronomio 30:19).
Aquí el versículo nos dice que Dios nos presenta una decisión clara y personal. No es algo automático, pero sí es una responsabilidad escoger. La libertad de elegir es un regalo y también una responsabilidad. Lo que decidimos hoy construye nuestro mañana.
La decisión no tiene punto neutro: lo que eliges trae consecuencias o te abre puertas.
Vida y bendición son elegir bien: traen obediencia, prosperidad y conexión con Dios.
Muerte y maldición son elegir mal: traen desobediencia, consecuencias destructivas y separación de Dios.
Nuestro corazón siempre quiere algo, pero a veces esos deseos solo nos alejan de lo mejor. Las malas decisiones no solo afectan al individuo, sino también su futuro. Es decir, una mala decisión le pone un alto a nuestra vida.
La obediencia es como una meta: te ayuda a tomar buenas decisiones y te acerca más a Dios. También nos asegura un futuro mejor y lleno de promesas.
El Young Power Group, a través del proyecto HELP, cada semana toca temas como este. Esta vez salieron a visitar y llegar a quienes están pasando por momentos difíciles. El propósito es simple: ayudar a quienes quieren aprender a tomar mejores decisiones. No juzgamos, solo queremos ayudar.