Cambio Radical en Estados Unidos

¿Será posible una transformación verdadera, desde adentro hacia afuera?

Hay personas que cambian de ciudad, de ropa, de trabajo e incluso de amigos…

pero siguen siendo los mismos por dentro. Viven, sí, pero sin un propósito verdadero.

Porque todos vivimos con algún tipo de propósito — bueno, malo o simplemente mal guiado.

Por ejemplo: hay jóvenes que dedican tanto a una relación en la que sufren más de lo que realmente viven momentos felices. Personas que, solo por permanecer en esa relación fracasada, terminan transformándose en alguien que ni siquiera reconocen.

Y ahí está el detalle: muchos, con tal de obtener lo que más desean, se transforman para vivir en ese propósito… cuando muchas veces ni siquiera vale la pena.

Por eso la Biblia nos da el ejemplo de Jacobo cuando Dios le dice así: “—No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has contendido con Dios y con los hombres, y has prevalecido” (Génesis 32:28).

Jacob, antes de ser Israel, era un muchacho que vivía mediante la decepción y la manipulación. Es más, su nombre significa suplantador o engañador, porque desde pequeño demostró ese carácter.

Jacob, por increíble que parezca, tenía la promesa de Dios, pero no Su proceso. Es decir, Jacob solo estaba interesado en las bendiciones y riquezas. Él buscaba una relación con Dios por interés, no para ser transformado ni usado por Él. Solo quería hacer las cosas a su manera.

Jacob representa a muchos de nosotros que vivimos según el propósito de nuestro propio querer, aun cuando seguimos fallando. Antes de ser transformado, él fracasó varias veces. Muchos de nosotros actuamos con sutileza para obtener riquezas, pero terminamos estancados y nunca crecemos. Es decir, no le damos espacio al proceso.

¿Cómo fue Jacob transformado a Israel?

Jacob fue transformado cuando tuvo un encuentro real con Dios. Pero ese encuentro no llegó de la nada, sino con sacrificio. Jacob sabía que no estaba bien espiritualmente, así que insistió, insistió, hasta que finalmente tuvo un momento a solas con Dios.

Después de luchar con Él, Dios le cambió el nombre a Israel, que significa “el que lucha con Dios y vence”.

En esa lucha, Dios tocó la cadera de Jacob y él ya no volvió a ser el mismo. Esa experiencia cambió su carácter, su manera de caminar y, sobre todo, su propósito. Jacob llegó a ser el padre de una nación.

Con todo esto dicho, la transformación radical sí existe, pero, al igual que Jacob, tenemos que ponernos a Su disposición, cambiando el propósito por el cual vivimos, para hacer Su voluntad.
Y desde ese momento, al igual que Jacob, seremos una nueva persona.

Tenemos que vivir por los propósitos de Él solo tendremos un propósito verdadero.

Cada mes, el Youth Power Group (YPG) realiza un evento especial donde se hablan temas como el de este artículo. Este mes, el tema fue el Cambio Radical. Durante el evento, se compartieron varios ejemplos bíblicos de personas que vivieron esa transformación. Este evento se llevó a cabo en todos los Estados Unidos. Todos los participantes, en sus respectivos estados, salieron más que bendecidos y se llevaron grandes aprendizajes.

Todos podemos transformarnos, pero nuestro propósito siempre debe estar en Dios.

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