Noticias | - 6:59 pm
Estaremos entrando en un nuevo propósito denominado “Ayuno de Zacarías”. Este evento comenzará el 3 de marzo y terminará el 23 de marzo.
Zacarías era un sacerdote justo, recto e intachable junto con su esposa delante de Dios. Ambos obedecían todos los mandamientos y leyes del Señor. Durante mucho tiempo no tuvieron hijos, pero en su vejez, Dios mandó al ángel Gabriel a darles una gran noticia: que Elisabet iba a concebir a Juan. Desafortunadamente, Zacarías comenzó a demostrar dudas.
La Palabra dice así: “—¿Cómo podré estar seguro de esto? —preguntó Zacarías al ángel—. Ya soy anciano y mi esposa también es de edad avanzada.
—Yo soy Gabriel y estoy a las órdenes de Dios —contestó el ángel—. He sido enviado para hablar contigo y darte estas buenas noticias. Pero como no creíste en mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo, te vas a quedar mudo. No podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda” (Lucas 1:18-20).
Pero, ¿por qué dejó el ángel Gabriel a Zacarías mudo?
La verdad es que Zacarías dudó tanto que corría el riesgo de empezar a hablar cosas insensatas. Pero su mudez no fue un castigo, sino algo necesario para que sus palabras no interfirieran con los planes de Dios. Es decir, para que sus propias palabras no cancelaran su bendición. Es ahí donde sale la pregunta clave:
La Palabra nos enseña así: “Los que controlan su lengua tendrán una larga vida; el abrir la boca puede arruinarlo todo” (Proverbios 13:3).
Según la Palabra, cuando uno habla de más, o mejor dicho, cuando dice cosas negativas, puede arruinarlo todo. Muchos, en este momento, están pasando por este problema, especialmente los cristianos, que conocen la Palabra y la fe, al igual que Zacarías.
Ejemplos de cosas negativas que hablamos como seres humanos y como cristianos:
Dudando de las promesas de Dios:
La vida no está como uno quiere y por resultado se queja.
Quejándose de la vida:
A veces, muchos le tienen miedo a su propio éxito, tanto dentro como fuera de la fe.
Hablar con miedo:
En fin, todos los días hay muchas maneras diferentes en las que uno dice cosas negativas sobre su propia vida.
La Palabra nos advierte que uno debe tener cuidado con lo que dice, porque puede llegar a cumplirse:
“Y así, la bendición y la maldición salen de la misma boca. Sin duda, hermanos míos, ¡eso no está bien! ¿Acaso puede brotar de un mismo manantial agua dulce y agua amarga? ¿Acaso una higuera puede dar aceitunas o una vid, higos? No, como tampoco puede uno sacar agua dulce de un manantial salado” (Santiago 3:10-12).
Nuestras palabras negativas son oraciones para el mal. Uno tiene que tener muchísimo cuidado con lo que sale de su boca, porque comerá del fruto de lo que habla.
La Palabra dice así: “La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias” (Proverbios 18:21).
Cuando uno habla negatividad, cosechará el fruto de la consecuencia y comerá de él. Es decir, uno tiene que comenzar a tener fe en lo que Dios ha prometido.
Esto no se trata de atraer algo bueno, porque, como podemos ver en los versículos compartidos, uno puede atraer lo malo con la misma boca con la que atrae lo bueno.
Uno tiene que tener fe en las promesas de Dios y en que lo que Él habló se cumplirá.
La Palabra nos dice así: “Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe” (Isaías 55:11).
Y esa es la fe: uno tiene que hablar con fe de prosperidad en todo lo que hace.
Muchos, en este momento, están comiendo del fruto de la consecuencia de sus palabras negativas: lamentaciones, incredulidad en su éxito, falta de fe en lo que está escrito, maldiciones, críticas o juicios.
Cuando uno habla de esta manera, come de las consecuencias. Es decir, las vive.
Es por esa razón que estaremos entrando en el propósito del Ayuno de Zacarías por 21 días. El objetivo de este propósito es disciplinarse en hablar con fe. Esto significa que uno no va a confesar ni a decir nada perjudicial para nadie, incluyendo a uno mismo, durante 21 días. Durante este tiempo, uno tiene que ser muy vigilante para eliminar cualquier vocabulario negativo. En cambio, debe llenarse de palabras de gratitud y fe.
¡Es un tiempo de creer y confesar victorias, y no de lamentaciones, quejas o reclamos!
Participe este domingo 3-23 de marzo de 2025 a las 7 a.m., especialmente a las 10 a.m., 3 p.m. y 6 p.m., en el Templo de los Milagros, ubicado en 625 S Bonnie Brae St, Los Ángeles, CA 90057, o en la Universal más cercana a usted, donde se estará hablando de este gran Ayuno de Zacarías.