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En el último artículo reflexionamos sobre la limpieza interna. En esta ocasión, hablaremos del agradecimiento por las cosas positivas o las bendiciones en nuestras vidas.
Antes de seguir leyendo, quiero que sepa que toda bendición, todo lo positivo que permanece en la vida de uno, proviene de Dios cuando uno está en Sus caminos. El trabajo, las amistades, nuestras actitudes e incluso nuestras conquistas —todo lo bueno y constante— proviene de Él. Sin embargo, en la fe y en la espiritualidad, las cosas físicas no significan nada si uno no tiene la mayor bendición: el Espíritu Santo, quien marca la verdadera comunión con Él en nuestras vidas.
Reflexione sobre la siguiente pregunta de la semana: 9. ¿Quiénes sumaron cosas positivas en tu vida este año que pasó?
La Palabra nos enseña así: “En una palabra, no den lugar a que se hable mal del bien que ustedes practican, porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas, sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17).
En otras palabras, lo más positivo que uno puede hacer por sí mismo no son las diversiones ni las conquistas que solo duran un momento. La verdadera alegría se encuentra en una vida justa, en la paz y en el Espíritu Santo, que provienen de Dios.
El mundo, en su totalidad, siempre nos va a ofrecer soluciones o cosas que solo duran un momento, pero no lo eterno. Por ejemplo, cuando uno se siente triste, busca hacer cosas como salir con amistades para tomar socialmente o distraer la mente por un rato. Sin embargo, a veces estas decisiones nos llevan a actuar de maneras que luego nos hacen arrepentirnos. Y aunque el arrepentimiento es algo bueno, muchas veces no lo hacemos desde un deseo de acercarnos a Dios, sino simplemente porque sentimos remordimiento por lo que hicimos en nuestra vulnerabilidad.
No desperdicie su tiempo en las cosas que le hacen más daño y que lo hacen hasta sentir peor. Mejor haga lo positivo para su vida y entre en las cosas del Reino de Dios para que usted tenga la verdadera alegaría.
La Palabra nos dice así: “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios” (Mateo 5:8).
La cosa más positiva que uno puede hacer por sí mismo es mantener su corazón limpio, porque cuando uno está en la alegría de Dios, puede llegar a verlo.
Lo de Dios no es algo pasajero. Lo positivo es cuando uno se convierte en bendito; entonces, las bendiciones de Él vienen de manera constante y en abundancia, como las estrellas.
Si le gusta esta serie, por favor sígala, comenzando con la primera: 15 Preguntas sobre el Cambio Total
La novena parte de la serie:La limpieza Interna