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Seguiremos con nuestra serie en la que reflexionamos sobre la importancia de la oración y por qué uno debe mantener siempre esta disciplina. Hoy hablaremos sobre el acto de dar gracias en la oración.
El acto de darle gracias al Señor no es simplemente decir la palabra “gracias” a Dios. La gratitud en la oración es una actitud del corazón, donde uno reconoce todo lo bueno que el Señor hace, Su fidelidad y la presencia constante que demuestra en nuestras vidas. Sin embargo, muchos aún no han descubierto la gran importancia de hacer una oración con gratitud al Señor.
Pero, ¿qué significa dar gracias durante el momento de la oración?
La Palabra nos enseña así: “Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza. ¡Denle gracias, alaben su nombre!” (Salmos 100:4)
Cuando le damos gracias a Dios, lo hacemos para glorificarlo, no solo por todo lo que Él hace, sino también por quien Él es. Según la Palabra, la gratitud —dar gracias— en la oración es la entrada a Su presencia. Incluso los himnos (cantos) y alabanzas son expresiones físicas que nos permiten demostrar aún más agradecimiento espiritual hacia Él. Cuando uno alaba Su nombre, lo está reconociendo de manera física y espiritual como el sustento de todas las bendiciones.
La gratitud en la oración es tan profunda que nos ayuda al recordarnos todo lo que Dios ha hecho por nosotros, y como resultado, este acto fortalece nuestra fe.
La Palabra de Dios nos revela así: “No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias” (Filipenses 4:6).
La gratitud en la oración nos ayuda a envolvernos más en la dependencia de Él. Según la Palabra, cuando oramos con gratitud —o mejor dicho, con acción de gracias— esto nos ayuda a guardar nuestro corazón de toda preocupación. Incluso, la oración de gratitud es una señal de confianza en Dios para que actúe más en la vida de uno.
Uno debe dar gracias a Dios en todo momento, sin importar la circunstancia —incluso en los malos momentos. Como se mencionó, la oración con gratitud es un acto de confianza en que el Señor está obrando en la vida de uno. Los tiempos difíciles tal vez duren un momento, pero cada ocasión en la que uno demuestra gratitud hacia Él contiene una lección espiritual que Él quiere revelar para que uno pueda crecer más.
La Palabra afirma este tema así: “den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:18).
El Señor Jesús, mientras caminó en la tierra, dio gracias por todo, especialmente en los momentos de gran presión y necesidad.
“Jesús tomó entonces los panes, dio gracias y distribuyó a los que estaban sentados todo lo que quisieron. Lo mismo hizo con los pescados” (Juan 6:11).
También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo:
—Esto es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí (Luke 22:19).
“Entonces quitaron la piedra. Jesús, alzando la vista, dijo:
—Padre, te doy gracias porque me has escuchado” (Juan 11:41).
La gratitud que demostraba Jesús en ese tiempo no era para que Él sintiera una comodidad interna. Su oración de gratitud era para demostrar la confianza que Él tenía en el Padre, antes de que se cumpliera el milagro.
Pero, ¿cómo se puede empezar una oración de gratitud?
Empiece todas sus oraciones dándole gracias por quien Él es, antes de pedirle cualquier cosa.
En la oración, recuérdese de las respuestas y de la fidelidad que Él le ha mostrado en su vida.
De la misma manera que lo hizo el Señor Jesús demostró so gratitud antes del milagro para demostrar alta confianza.
No solo diga “gracias”; mencione por qué está dando gracias, ya sea por su salud, la provisión, la misericordia, la guía, etc. Esto también nos ayuda a reconocer cuánto más necesitamos ser dependientes de Él.
Más que todo, este tipo de oración debe ser practicado diariamente para que nuestra fe sea fortalecida en todos los aspectos. Mientras más uno da y demuestra gratitud, más se silencia la duda en el día a día. Con todo esto dicho, les invito a que hagan una oración de gratitud, sea cual sea la circunstancia en la que se encuentren, para que puedan invitar más a Dios a sus vidas y experimentar Su fidelidad.
Si le gustó este artículo y aún no ha leído el primero de la serie, aquí le dejo el enlace: La Oración.
También les dejo aquí la quinta parte de la serie: Orar por intercesión