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En nuestros tiempos existen también muchos casos de posesión errónea.
Al final de 1994, una mujer apasionada, rechazada por su amante por tener dos hijos: uno de casi un año y el otro de aproximadamente tres años, decidió deshacerse de ellos para juntarse con el amante. Amarró a los niños en el interior de un automóvil y los hecho a un lago…
!Cuántos han sido los sucesos reales de verdaderas atrocidades movidas por la pasión! No cabe la menor duda de que ese tipo de pasión es movida por un espíritu demoníaco capaz de cualquier mala acción.
El amor es totalmente inverso a la pasión. Mientras la pasión es dirigida hacia sí misma, el amor es dirigido hacia el otro. Es el sentimiento que expresa el querer bien a la persona amada. La Biblia define el amor de la siguiente manera:
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser” (1 Corintios 13:4-8).
El mayor ejemplo de amor fue practicado por el Propio Amor: Dios.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como Él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí el castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quién no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de Él: El que ama a Dios, ame también “a su hermano” (1 Juan 4:16-21).
Continuará…
Libro: El Perfil de la Mujer de Dios
Autor: Obispo Edir Macedo