Noticias | - 3:01 pm


Peor que la tibieza (parte 2)

Apocalipsis

Todo salvo tiene poder y derecho a las riquezas. Pero no todo rico tiene la salvación solo porque es de la iglesia.

Laodicea fue la única iglesia a la que el Señor Jesús solo reprendió, no elogió, tampoco mencionó algo positivo de ella. Incluso la iglesia muerta de Sardis tenía algunos que no habían ensuciado sus vestiduras. Pero Laodicea simplemente dejaba a Jesús con náuseas. Por eso, Él estaba a punto de vomitarla. Aun así, Él declaró Su amor por ella e imploró que se arrepintiera.

Note que ese amor fue demostrado por disciplina y reprensión. Los cristianos tibios no entienden eso. Creen que el amor es solo cariño, gentileza, llamar como hermano, pasar la mano en la cabeza de quien falló… Sin embargo, eso no es amor verdadero, sino engaño. El verdadero amor exige justicia, disciplina, orden. Porque Jesús amó a los cristianos de Laodicea, los reprendió severamente con el fin de salvarlos. No usó palabras dulces. Los cristianos tibios frecuentemente reclaman cuando son reprendidos, se rebelan contra las autoridades espirituales y alegan que la disciplina que sufrieron fue por “falta de amor”. En realidad, lo que faltó fue temor por parte de ellos.

La recompensa para los vencedores aquí no es pequeña: sentarse con el Señor Jesús en Su Trono. Claramente, el Señor Jesús quería mostrarles a los cristianos laodicenses, ávidos por poder y riqueza, que había algo mucho más sublime: el poder de reinar con el Señor Jesús. Esta riqueza, sin embargo, está reservada solo para aquellos que se sujetaron al Reino de Dios mientras vivieron en este mundo.

Continuará…

Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego 
Autor: Obispo Renato Cardoso

Si le interesa lea también: Peor que la tibieza (parte 1)

Ubique la Universal más cercana a usted: Direcciones

Si usted tiene una pregunta o le gustaría una orientación: Contáctenos

Si usted le gustaría añadir su nombre y el de su familia en el libro de oración: Libro de Oración

Regrese a la página principal: Página Principal

Alimente su espíritu, leyendo mensajes de fe para su edificación espiritual: Viviendo por la fe

Exit mobile version