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La fe revelada a través de la Palabra de Dios

¿Basta tener un buen carácter para ser un vencedor?

La fe revelada a través de la Palabra de Dios

El Espíritu Santo, realiza el milagro de la transformación también conocido como el encuentro con Jesús, llamado de nuevo nacimiento, a través de la Palabra. Todo lo que Dios creó, fue creado a través de la Palabra, Él dijo: “«¡Que haya luz!» Y hubo luz”. (Génesis 1:3). Dios opera el milagro del nuevo nacimiento a través de la transformación y la salvación del alma. Cuando uno recibe este milagro en su alma, a partir de ahí uno comienza a vivir por la fe sobre la Palabra, a causa de eso, uno tiene la necesidad de todos los días “alimentarse” a través de la Palabra. Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. (Mateo 4:4).

Cuando uno recibe este milagro, uno considera solamente lo que dice la Palabra de Dios y recibe la capacidad de distinguir sí, lo que está siendo predicado proviene de la Palabra de Dios o de la palabra del hombre. Para esto, es de suma importancia que uno lea Su Palabra y la practique, así sabrá discernir estas dos diferencias, entre lo que proviene de Dios o del hombre.  Al creer en la interpretación del hombre, uno está creyendo en él y no en Dios, pues, el hombre es fallo y pecador, al seguir estos pasos nada saldrá bien. Por eso, hay que creer únicamente y exclusivamente en la Palabra Dios, pues ella no falla y se cumple todo lo que está escrito.

No es suficiente que uno tenga un buen carácter moral, es necesario que uno tenga el carácter de Dios, esta es la gran diferencia. ¿Cuántas son las personas en este mundo que son buenas y qué tienen un buen carácter? Pero, al no haber tenido un encuentro con Dios, traicionan, abandonan sus familiares, fracasan y entre otras cosas

En el mundo espiritual, en las luchas y en los ataques que sufrimos del diablo y de sus demonios, nuestra buena conducta no es suficiente para impedir que estos espíritus nos atrapen, dominen, controlen y nos desgracien la vida. Para vencer a estos ataques espirituales, uno tiene que haber sido transformado en un hombre/mujer espiritual. A partir de este principio, uno vive por la fe y manifiesta el carácter de Dios para vencer al mal.

Jesús cuando estaba entre nosotros en forma humana era omnisciente.  Él tenía dos naturalezas: la del hombre y la de Dios. Su naturaleza Divina hace con que Él sepa todo lo que pensamos mismo antes de decirlo. A partir de este principio, al tener el interés en saber más de Él, Dios coloca el querer de buscarle cada día más. Es así que Él nos revela Su voluntad, lo importante que es glorificarlo con una vida transformada y lo primordial que es la salvación. Cuando a uno se le revela esta fe, uno pasa a obedecer, aplicar y a vivir de acuerdo con la Palabra de Dios. Los pensamientos y sentimientos pasan a ser buenos, la fe es avivada a cada Palabra leída, nos anima aún más a seguir adelante, uno tiene paz y confía en Él.

Al no estar en esta comunión con Dios, uno siente miedo, tiene sentimientos malos, uno “alimenta” lo que es malo como la angustia, la tristeza, problemas, etc. Pero, como dijo el Señor Jesús que, en el mundo nosotros tendríamos aflicciones, pero, así como Él las venció, usted también las vencerá.  Ejercite esta fe, póngala en práctica y verá cómo lo que está escrito se cumple, “… ¡Cosas mayores que estas verás!” (Juan 1:50). La promesa se cumplirá en el tiempo de Dios, sea perseverante y persiga lo que está prometido, busque vivir una vida integra, en obediencia y recta delante de la Palabra de Dios. Sea testimonio donde vaya y principalmente con quienes le rodean y con su familia. Es por lo consiguiente que usted será testimonio vivo de las Promesas de Dios.